Primeras instituciones mentales

PRIMERAS INSTITUCIONES Y “CURAS” PARA

LAS ENFERMEDADES MENTALES.

Antes del s. XIX, a muchas personas que sufrían retraso o enfermedades mentales, cuando no se les enjuiciaba por hechicería, se les trataba como delincuentes comunes y se les encerraba en prisiones o en “torres para locos”, “casas para locos” o “asilos para lunáticos”. En 1330, un convento de la orden de Santa María de Bethlehem se convirtió en la primera institución para enfermos mentales de Inglaterra. En 1543, el rey Enrique VIII concedió una cédula real para la creación de un asilo en el Hospital de Santa María Bethlehem. Esta institución llegaría a conocerse como el “Old Bedlam” por una deformación del nombre; el significado de la palabra bedlam ( “escena de gran alboroto y confusión” ) describe las condiciones prevalecientes en ese hospital.

A los internos se les encadenaba, azotaba y golpeaba; se les alimentaba sólo con porquerías; se les practicaba purgas y vomitivas y se les sometía a sangrías. A los custodios no se les pagaba, sino que éstos se ganaban pequeñas sumas al exhibir a los enfermos a cargo para distracción del público general; una visita al Old Bedlam para ver a los dementes, hombres y mujeres, se consideraba una excursión placentera. Los pacientes melancólicos y deprimidos cuyo comportamiento no ofrecía un buen espectáculo se les echaba a las calles de Londres portando insignias que los autorizaban a mendigar para sostenerse.

Después de varios años y malos tratos, las reformas para los hospitales mentales cambiaron, y ahora se les trata como debe de ser: personas con patologías que deben tratarse adecuadamente, y no personas tratadas como animales.

Aunque aún en la actualidad, al ser muchas las personas que requieren ayuda de estos hospitales no se les llega a tratar del todo bien, además de que muchas de las "terapias" o "curas" llegan a ser con choques eléctricos.